martes, 30 de agosto de 2011

Queriendo cómo nunca he querido

Yo era una chica triste. La vida últimamente no me había tratado muy bien y simplemente me olvidé de vivir y me dedicaba a sobrevivir. Los días pasaban uno detrás de otro, vacíos sin significado. Cada mañana me levantaba a regañadientes pensando “otro día más que pasa” y esperando no tener que fingir demasiado que todo iba bien. Cuando llegaba la noche me acostaba, pensaba en mi día y me daba cuenta de que había sido igual que el anterior, y seguramente idéntico al siguiente. No encontraba mi sitio, me sentía sola, y la gente que me hacía sentir bien y desconectar la tenía demasiado lejos. No, lo reconozco, durante mucho tiempo no encontraba cuál era el sentido de mi vida.

Entonces apareciste y diste la vuelta a mi mundo. Lo pusiste todo patas arriba y todo cobró sentido de golpe. El día que te conocí me fui a dormir sonriendo y desde aquel día no he dejado de hacerlo. Los sueños dejaron de ser sueños y la realidad empezó a superar todo lo que habría podido imaginar. No me digas por qué, pero sigo teniendo la sensación de que llevaba mucho tiempo esperándote. Me siento en una nube, y cada día más y más feliz. Cada mañana me levanto esperando el momento de volver a verte, y ya no me imagino mi vida sin ti. Sólo necesito uno de tus abrazos para que el tiempo se pare y todo lo de mi alrededor desaparezca, porque entre tus brazos nada más importa. Ahora el mundo me parece menos cruel y me siento fuerte para enfrentarme a cualquier cosa. Lo único con lo que sueño es con seguir sumando minutos, horas, días y meses a tu lado, con seguir construyendo recuerdos y momentos inolvidables que sean sólo nuestros. Nunca me había sentido así, me siento tan enamorada que a veces me da miedo, pero con mirarte a los ojos desaparece y me siento más segura que nunca…Ahora mi mundo eres tú.

Nanananana to me!!!

domingo, 31 de julio de 2011

Felicidad........ :)

Crees en los flechazos? ¿En que puedes conocer a alguien y nada más verlo todo tu interior te puede dar un vuelco y sientes unas ganas irrefrenables de conocer a esa persona y saber más de ella? ¿En que lo único que piensas en volver a verlo, en saber más de él, en algún día darle un abrazo o quizás poder robarle un beso? Y todo en décimas de segundo…yo no creía en ellos. Pero sucedió. Hasta que no te ocurren las cosas no las puedes creer. Nunca imaginaría que conocería a alguien y en el mismo momento en el que su cara se acercaba a la mía para darme los dos besos de rigor mi estómago se encogería y el corazón empezaría a latir deprisa, Y nunca pensé que desde ese momento sería lo único en lo que pensaría. En conocerlo, aunque me intentaba quitar la idea de la cabeza para no llevarme una desilusión más.

Y cada vez que me hablaba aquel día temblaba nerviosa, pero no podía evitar buscar cualquier tema de conversación, aunque se metiera conmigo y con mi nombre.

Y cuándo se marchó y ya no pude retenerlo más se me quedó esa sensación de abandono. ¿Volveré a verlo? Y me invadió la incertidumbre, pero cuándo me fui a dormir recordaba esa noche y sonreía. A mí, a la eterna chica triste aunque siempre con su sonrisa pintada en la cara, me había hecho sonreír, y lo hacía de verdad.Y lo mejor es que claro que lo volví a ver…él me buscó, y me encontró, y desde entonces cada día que pasa soy más feliz, tanto que si existiera un marcador de felicidad seguro que lo reventaría…

Menos mal que apareciste….llevaba tanto tiempo esperándote…. :)

Nanananana to me!!! ♥

domingo, 3 de julio de 2011

Sólo quiero vivir el momento sin pensar que vendrá después

¿Sabes? Hace tiempo empecé a escribir una historia. Quería que fuera la historia más bonita y feliz del mundo, pero terminó antes de empezar….todas las páginas que escribí era sólo mías, y cada día más tristes, y así durante mucho tiempo, hasta que un día me desenganché y conseguí poner el punto y final.
Entonces decidí que quería dejar de escribir esas historias, que nunca más lo haría y asumí que quizás estaba castigada a vivir siempre sola. Desistí de buscar, y me hice a la idea de que nunca viviría algo cómo lo que siempre había soñado.
Tiempo después, hace muy poquito, apareciste . Confieso que me entraron ganas de escribir otra vez, pero no quería, aunque tenía la idea en la cabeza. Y de repente fuiste tú. pusiste la primera letra y entonces ya no pude parar. Por primera vez no escribía yo sola, sino que escribíamos los dos. Y de momento sólo llevamos unas líneas, pero son las líneas más bonitas y felices que he escrito nunca, y eso que siquiera sé con certeza si tú te sientes cómo yo, ¿pero sabes? No me importa porque he decidido solamente vivir el momento. He decidido que quiero ser feliz, y vivir cada día cómo si fuera el último.
Y aquí estoy cómo una quinceañera, escuchando canciones que me recuerdan a ti, leyendo tus sms una y otra vez y esperando con ansias que aparezcas otra vez para poder hablar contigo de nuevo. He decidido dejar de preocuparme por lo que pasará y simplemente disfrutar de lo que está pasando….y es tan bonito…. :)

♪ …Cómo si hubiéramos ganado por habernos co
nocido. Y esta sensación extraña que se adueña de mi cara y juega con esta sonrisa dibujándola a sus anchas.. ♪

sábado, 2 de julio de 2011

¿Y si fueras tú?

¿Y si fueras tú? ¿Y si todo lo que estuve buscando ya lo hubiera encontrado? ¿Y si por fin estuviera sintiendo algo que nunca había sentido? Lo pienso y me entra miedo. Quizás debería salir corriendo. Quizás no debería intentarlo. Quizás sería mejor que huyera, pero no puedo. Tengo que quedarme, descubrir que escondes y seguir riendo y conociendo (te). Porque me haces olvidar lo demás, me haces sentirme distinta, contenta, feliz.


Mi corazón late rápido, mi sonrisa brilla con cada una de tus palabras y empiezo a notar el cosquilleo en el estómago. ¿Y si me equivoco? ¿Y si malinterpreto? ¿Cómo sé que esto es realidad? Quiero echar el freno, todo gira demasiado deprisa, pero no puedo. Todo me está arrollando y me está llevando por delante. Y lo peor es que quiero dejarme arrollar…
¿Y si eres ? ¿Y si soy YO? Quizás algún día podamos ser NOSOTROS

lunes, 13 de junio de 2011

Diez años sin tí....

Siempre fui una niña más responsable y madura de lo que a mi edad le correspondía, y en parte fue por todo lo que he vivido que me ha hecho ir creciendo muy rápido.

Una de las principales causas es lo que viví con mi abuela, con su enfermedad durante 7 años cuándo yo solamente era una cría.

Una maldita enfermedad se cruzó en su camino y la fue consumiendo poco a poco hasta conseguir apagar su luz del todo. Demencia senil, alzhéimer…ya no sabían cómo llamarlo.

Todo empezó derrepente, pequeños olvidos, miedo de quedarse sola en casa. Cosas extrañas en ella, una mujer con un gran carácter muy fuerte. Desde entonces cada día iba consumiéndose un poquito más. Los primeros años eran llevaderos, pero los finales han sido lo más cruel que he visto en mi vida.

Vivía 6 meses en mi casa y 6 en la de mi tía. Teníamos que cuidarla porque no se valía por sí misma y cada día que pasaba era peor que el anterior. Yo sólo tenía 7 u 8 años cuándo empezó lo más fuerte. Mi madre no daba abasto y yo la ayudaba. Cuándo ella iba a comprar el pan yo me quedaba pendiente de que cuándo tocara la alarma del reloj mi abuela tomara las pastillas.

Dormía en mi habitación, en la cama de al lado. Entre la noche se despertaba desorientada y se quería levantar. Yo me despertaba y la calmaba hasta que venía mi madre y conseguíamos que volviera a dormir. Se pasaba el día en su mundo con la mirada perdida absorta en sus pensamientos mezclando momentos de lucidez con otros en los que siquiera sabía quién era.

Cada día se iba encogiendo más, empezó a tener dificultades hasta para andar. Durante una época decía que no sabía tragar y sólo comía sopas y purés. Después de mucho tiempo así, el día de mi comunión estábamos en casa y le dije a mi madre que le iba a ofrecer un pastel. Mi madre me dijo que seguro que no lo iba a comer pero yo lo intenté. Me acerqué y le dije: "¿abuela quieres un pastel?" Me miró y me sonrió, lo cogió y ¡lo comió! Fui corriendo dónde mi madre gritando, "¡mamá está comiendo! ¡come sólido otra vez!" Yo sólo era una niña, no sabía que esa enfermedad no tenía cura..pensaba que quizás empezaba a recuperarse, pero sólo fue un espejismo que duró unos días…

Hicimos todo por ella, pero ya no podíamos atenderla cómo necesitaba, así que después de estar muy malita en vez de ingresarla en un hospital la ingresaron en una residencia médica…allí vivió sus últimos 7 meses de vida, con nuestras visitas casi diarias. Empezó a olvidar, no reconocía a sus hijas, no sabía quién era nadie. Excepto yo. No sé por qué razón pero soy la única a la que no olvidó. El único nombre que pronunciaba: Amara.

Y entonces llegó aquel fatídico día. Eran las 4 o las 5 de la mañana. Yo sólo tenía 11 años. Sentí a mi madre que se estaba duchando. Me levanté y le pregunté que qué ocurría, me dijo entre lágrimas: “nada cariño, que la abuelita está muy malita, vete a la cama corre” Yo me acosté pero no me convenció demasiado. Pasado un rato me volví a levantar. Mi madre estaba en la cocina pequeña. Le pregunté, "mamá, ¿qué pasa?" Y entonces me lo dijo. Después de 7 años consumiéndose la vida de mi abuela se había apagado. En ese momento mi madre me agarró la medalla que mi abuela me había regalado el día de mi comunión. Si véis fotos mías notaréis que siempre llevo del cuello colgada una medalla de una Virgen. No la llevo por motivos religiosos sino porque me la regaló mi abuela. Es la Virgen de las Angustias de Arévalo, mi abuela era muy devota de ella y es el último regalo que me hizo. Aquella noche mi madre la agarró y me dijo: “no te la quites nunca, llévala siempre contigo” y por eso siempre me acompaña.

De lo demás que ocurrió aquel día prefiero no contarlo aunque me acuerdo perfectamente de cada momento, cada segundo, cada instante...

Hoy hace 10 años de su adiós. Hoy hace 10 años que su luz se apagó. Dicen que el tiempo todo lo cura, pero es mentira. Hay cosas con las que simplemente aprendes a convivir. Hace 10 años no se fue mi abuela, sino que una parte de mí se murió con ella.

Pero a pesar de ello me siento orgullosa de todo lo que compartí. Me siento orgullosa de todo lo que dí. Y por todo ello me seguiré acordando siempre de ella y la llevaré siempre conmigo. Porque ella se olvidó de todo el mundo menos de mí. Por eso yo nunca me olvidaré de ella y cada 13 de junio seguirá sabiéndome tan triste....

Hoy hace 10 años que estoy sin ti…pero yo sigo echándote de menos.

martes, 11 de enero de 2011

Ya estoy preparada para que vuelvas

Dolor, rabia, orgullo, rencor…¿al final de qué sirve?¿Qué conseguimos con ello? Según pasa el tiempo más me convenzo de que con esos sentimientos lo único que hacemos es devastarnos el alma, bloquear los buenos sentimientos y dejar que los malos nos dominen.
A veces pienso que soy demasiado tonta, de aquellas que le pegan en una mejilla y pone la otra. Perdonar es difícil, y más cuándo quién te hace daño es alguien que te importa. Dicen que sólo te hace daño quién puede y no quién quiere, y es cierto. Cuándo alguien a quién adoras te falla se te rompe el mundo en pedazos, la confianza se resquebraja y el dolor que sientes es tan grande que no existen palabras suficientes para explicarlo.
Las verdades duelen pero liberan, las mentiras te destruyen, te matan en vida, rompen tu seguridad, en lo que creías, por lo que pondrías la mano en el fuego.
Ha pasado el tiempo y he almacenado en mi interior sentimientos negativos que nunca pensé que albergaría, he obtenido seguridad en mí, he despertado cierto egoísmo y me he convencido de cerrar una puerta que nunca pensé que ocurriría, pero el tiempo aplaca todo eso y mi interior me grita algo que he de asumir: PERDÓN. Mi interior ha perdonado y una parte de mí echa tanto de menos lo que tenía que esa sensación disuelve todo lo demás.
Me siento estúpida. Pienso con la cabeza y me doy cuenta de todo, repaso las mentiras reiterativas una y otra vez, asumo que no existe arrepentimiento por ello y que volverán a sucederse, pero mi corazón siempre es más fuerte y grita tanto que no me deja escuchar esos pensamientos.

Sé que me arrepentiré, que nada volverá a ser igual, que volverán épocas y momentos en los que el rencor volverá a llamar a mi puerta,pero te necesito.
Necesito mirarte y volver a ver a mi amiga. Necesito mirarte y no sentir la decepción que siento. Necesito mirarte y que no esquivemos las miradas. Necesito mirarte y volver a verte a tí y no a alguien que no conozco. Me has hecho daño, has sido la persona que más me ha destrozado, que me ha partido el corazón en pedazos, aquella en la que creía ciegamente y la que pensaba que jamás me mentiría, que siempre me diría la verdad, pero ahora necesito que me reconstruyas. Necesito volver a creer en ti. Necesito saber que merece la pena.
Volvamos a intentar construir lo que teníamos, volvamos a poder escribir AMISTAD sin que las letras se emborronen con lágrimas. Volvamos a intentarlo. Vuelve a mi vida.

viernes, 31 de diciembre de 2010

Feliz 2011

Un año más que se marcha,y cómo siempre hago mi balance. Sería egoísta por mi parte decir que este 2010 ha sido un año demasiado malo. La verdad es que este año ha respondido a más expectativas de las que esperaba, aunque el final no haya sido demasiado positivo. Ha sido un año de cambios en mí y de reflexión. Cada año maduramos un poquito más,y para mí no ha sido una excepción. Me he dado cuenta de muchas cosas, sobretodo relacionado con las personas. Me he quitado algunas vendas, y me he dado cuenta de la gente que está de verdad, de la que ya no está y de la que simplemente nunca estuvo.
He quemado etapas, y he cerrado una muy importante cómo ha sido el acabar la carrera. Me he enfrentado a la incertidumbre y a las dudas sobre qué camino coger y hacia dónde dirigirme. He tenido un mes mágico, Marzo, en el que cumplí un par de sueños que hacía años deseaba, y en el que también por fin he viajado a otro país y he disfrutado de un viaje que nunca olvidaré,, sobretodo por la gente con la que lo compartí.
Me he graduado y he visto la mirada orgullosa de mi familia, la que siempre confió en mí y siempre lo hará,y me he sentido muy feliz por hacerlos felices a ellos.
Me he enfrentado al miedo, al miedo de verdad. Al miedo que me abordó cuándo empezó el año con bastante mal pie en el que estuve a punto de perder a un ser querido. Y lo vencí, porque al final salió cara y puedo seguir disfrutando de su sonrisa.
Y al final eso es lo que cuenta. Lo bueno, porque lo malo sólo sirve para aprender, y una vez aprendida la lección debemos dejar volar esos momentos hacia el olvido,y borrarlos de la memoria, y si no podemos hacerlo, al menos guardarlos en un cajón cerrado con llave.
No sé que me deparará 2011, pero tengo la sensación de que va a ser un año muy importante para mí, en el que es posible que me cambie la vida, y sólo pido y deseo que sea para bien, que ya nos toca.
¡Feliz 2011!

domingo, 19 de diciembre de 2010

Quizás mejor así

Escribir: es abrir el alma, dejar que los sentimientos salgan y se conviertan en letras que se unen formando palabras que quizás no tienen sentido. Es darle cuerpo a los pensamientos, a lo más profundo de nuestro interior. Es contarnos cosas que no conocíamos de nosotros mismos, y atrevernos a explicarnos cosas que nos negamos a reconocer.

Hace tiempo que no escribo. Lo intento, me siento ante el papel pero nada surge, nada brota, pasan las horas y ahí sigue el folio vacío, ¿se me habrá oxidado el alma? Puede ser..o quizás no tenga nada que contar...pero lo más seguro es que sea el precio a pagar. Desde aquel día, aquel maldito día en el que todo se partió en pedazos. Todo estalló por los aires, lo que creía, lo que pensaba, en lo que confiaba. Cómo una puñalada en el corazón. Cómo cuándo te pegan un golpe,y te quedas sin respiración y no sientes, o quizás sientes demasiado, tanto que todo es confuso y extraño y no lo puedes explicar. Cómo cuándo te mareas y al abrir los ojos no recuerdas cómo has llegado hasta dónde estás.

Cada día que ha pasado desde entonces me he encerrado más en mí. Y más. Y más. Y lo peor es que no siento claustrofobia, que me olvido de mi alrededor y me quedo en mi mundo. Cierro cada puerta, cada recoveco y no dejo entrar a nadie, y en el fondo me da miedo, porque es posible que cuándo quiera abrir la puerta se haya atascado y entonces me quede para siempre ahí, encerrada en mí, en mi interior. Es posible que nunca más ofrezca una sonrisa sincera. Es posible que nunca pueda volver a confiar. Es posible que ya nunca más grite al mundo lo que siento. Es posible que el día que quiera (o pueda) salir de este estado de letargo ya no sea posible. Y me da miedo cuándo lo pienso, pero a una parte de mí no le importa y me condena. Una parte de mí prefiere vivir así. Ahí ya no podrán hacerme daño. No. Nunca más…¿o quizás eso es lo que me repito?

Las heridas del corazón son tan grandes que traspasan todas las corazas que te pongas. Cuándo piensas que ya nunca más volverás a sentir daño, cuándo te convences de que ya nada te importa, entonces ocurre algo nuevo y te das cuenta de que te han vuelto a decepcionar. Otra vez. Y la heridita que estaba cerrando se reabre como una cascada. Cómo si hubieran esperado a que estuviera casi cerrada para entonces clavar las uñas y desgarrarla de nuevo. Con saña. Con burla. Con rabia. Y entonces toca volver a empezar de cero y el camino que habías recorrido hacia el perdón, en contra de tu cabeza, el camino por el que te habías agarrado con fuerza, por el que enfrentaste a razón y corazón, por el que luchaste para llegar a la meta, para sentirte mejor, para no creerte orgullosa, se deshace. Cómo si te hubieran agarrado con una goma la cintura y cuándo estabas rozando con los dedos el final hubieran tirado de ti hacia atrás, al principio. Otra vez. Algo maquiavélico, retorcido…pero real.

Entonces, en ese momento vuelve a abordarte esa pregunta… ¿por qué? ¿por qué? ¿por qué? ¿POR QUÉ? Y escuchas un silencio. Un silencio arrollador, tenebroso, un silencio que una vez más te cuenta que no hay respuesta.Un silencio desgarrador. Un silencio que te agarra el corazón y lo aprieta, que vuelve a hacer pedazos de los pedazos que quedaban y lo transforma en piedra. Y quizás sea mejor así. Sin sentir. Y de pronto de nuevo el vacío, el miedo, la soledad, la tristeza, y una pequeña sonrisa pintada en la cara, permanente, una sonrisa para el resto del mundo, tu escudo, el que no permite que nadie vea lo que hay en el interior.

Sí, quizás sea mejor así.