martes, 31 de agosto de 2010

El tiempo...

Cómo cambian las cosas de un año a otro…Es inevitable a veces echar la vista atrás. Ver cómo era todo y como es ahora.
Retrocedo un año en las hojas del calendario. Es el último día de “mi verano” antes de que empiecen las fiestas. Se termina el verano más feliz de mi vida. Un viaje inolvidable, sueños cumplidos, otras escapadas interesantes. En Junio me había quejado porque mis veranos eran aburridos, pero ese fue diferente. Un buen verano. Un verano alegre, lleno de sonrisas y sin preocupaciones…¿por qué no decirlo? Un verano feliz.
Como decía era el último día antes de las fiestas. Para mí esa semana siempre es importante. Es la semana que más esperamos, que más anhelamos. Una semana de diversión sin límite, de dormir de día y vivir de noche. El día 31 siempre es un día de nervios, y aquel no era menos.
Ese verano a pesar de todas las cosas buenas, también me había pasado algo que a mí me entristecía. Se me había estropeado mi cámara de fotos. Puede parecer una tontería pero me sentí un poco más vacía. Mis amigos siempre me decían que la cámara era como una parte más de mi cuerpo. Me encanta poder capturar segundos en instantáneas. Poder inmortalizar sonrisas, miradas, paisajes…y tiempo después mirarlo y recordarlo…pero esas fiestas no tendría cámara...o eso pensaba.
El día 31, a última hora mientras estábamos todos en el local pasó algo que no me esperaba. De repente la música se paró y todo el mundo empezó a cantar el cumpleaños feliz. Empecé a mirar a mi alrededor…¿de quién era el cumpleaños? Me quedé sorprendida porque suelo tener buena memoria pero no conseguía recordar quién cumplía años ese día. Agitaba la cabeza buscando de lado a lado, hasta que uno de mis amigos me señaló y me dijo “es a ti”
No comprendía nada…mi cumpleaños era ocho días después, ¿se habían confundido? Pronto obtendría la respuesta. No se habían confundido. Sabían de sobra que día era mi cumpleaños, pero es que tenían algo que darme y tenía que ser antes de que empezaran las fiestas.
De una de las habitaciones salieron dos de mis amigas. Llevaban un paquete envuelto y una carta. Yo me sentía en una nube…nunca en mis 19 años y a las puertas de cumplir 20 me habían hecho ningún regalo mis amigos…siempre pillaba en un mal día, y nunca lo celebraba asique nunca había recibido nada de su parte.
Abrí con cuidado el paquete y la cara que puse aún la deben tener grabada. Era una cámara de fotos. No podía creérmelo. A penas podía articular un “gracias” mientras las lágrimas (de alegría) bañaban mis mejillas. Sorpresa, felicidad, gratitud…Todo lo que sentí no se puede plasmar con palabras. No era por el regalo material, sino por cómo me habían hecho sentir de importante. Sabían que la pérdida de mi cámara me había dejado un poco tocada y habían puesto todo su empeño en hacerme sonreir..y vaya si lo consiguieron. Me sentí la persona más afortunada del mundo y es algo que nunca olvidaré.

Hoy, 365 días después las cosas son muy diferentes. Aquel día no pude imaginar que tiempo después iba a pasar lo que ocurrió. No pude pensar que todos me engañarían y me dejarían vivir en una mentira “por no hacerme daño” supuestamente. No podía creer que las lágrimas de una amiga de esas que son mucho más, que son hermanas aunque no compartas sangre, jurándome que nunca me mentiría también eran una farsa.
“ No hace falta que me digas nada y no me importa lo que se hable. Creo en ti con los ojos cerrados y sé que nunca me engañarás” le contesté. Inocente de mí…MENTIRA, todo era MENTIRA, todos lo sabían y me dejaron vivir en la ignorancia, nadie apostó por mí, todos fueron a lo fácil…
Ha pasado un año y confieso que no lo he olvidado. La sensación de saber que todo el mundo te ha engañado y ha jugado contigo no es agradable. Antes creía y confiaba, ahora no soy capaz. ¿Cómo saber que no volverán a hacerlo de nuevo?
Hace un año me sentía importante. Hoy vivo encerrada en mí. Ya no confío y ya no me creo nada. Convivo sin más, mi sonrisa no brilla del todo, es como si un fuerte viento hubiera apagado la llama de la amistad.
El tiempo es caprichoso. El tiempo lo cambia todo. Tiempo…¿qué será del tiempo?