jueves, 31 de diciembre de 2015

¡Feliz 2016!

He perdido ya la cuenta de los años que llevo sentándome cada 31 de diciembre a reflexionar sobre mi año. No sé muy bien por qué tengo esta costumbre, pero si no lo hiciera sentiría que me falta algo. A fin de cuentas me parece importante pararme a pensar sobre todo lo que he vivido durante un periodo de tiempo, porque a veces con el ritmo diario no somos capaces de percibir realmente todo lo que nos ha sucedido, como nos hemos enfrentado a ello y si hemos conseguido avanzar o nos hemos quedado en el mismo sitio.
Se marcha un año complicado pero a la vez emocionante e intenso, muy intenso. 
Si tuviera que definir mi 2015 de alguna forma lo haría con “superación personal”.  Cuando dentro de muchos años me acuerde de él estoy segura de que esa expresión será la que me venga a la cabeza.
Ha sido un año claramente diferenciado en dos partes, una parte que duró hasta agosto y otra desde septiembre hasta hoy, pero durante todo él he tenido que ir superándome a mí misma, a mis miedos y a mis incertidumbres. 
He sido a veces sin duda mi mayor enemiga, y he danzado en el precipicio de mis propios límites sin saber si iba a caer o a mantener el equilibrio. Fui dejando que la fuerza de mi cabeza y de mi ansiedad me hicieran muy pequeñita, enana, minúscula, que me fueran ahogando poco a poco. Llegué a pronunciar que no podía más…pero al final pude. 
Pude conmigo y con mis retos. Conseguí mis objetivos, recogí los frutos del trabajo, el esfuerzo, la perseverancia y la ilusión, y de todo ello aprendí. Pude gracias a mí, pero sobre todo pude gracias a la gente de mi alrededor. Gracias a los que día a día estuvieron a mi lado tirando de mí cuando yo no era capaz por cabezonería y confiando más en mí de lo que yo lo hacía, porque fue su fe en mí lo que me hizo darme cuenta de que estaba equivocada. Gracias a mi familia, a mis amigos y sobre todo a mi pareja, que es el que más me tuvo que aguantar.
A veces deseamos que los malos momentos no existieran en nuestras vidas, pero en realidad gracias a esos momentos somos capaces de disfrutar y saborear a los buenos, y de valorarlos más.
La parte mala acabó en agosto, y entonces comenzó una de las mejores épocas que he tenido, hasta el momento, la suerte de vivir. Ha sido toda una experiencia, dejé todo por mi sueño y me fui a la aventura. Me sentía como un gatito asustado. Aterricé en un pueblo del que siquiera había oído hablar en mi vida y con un miedo enorme a lo desconocido y a no ser capaz. Sin duda el verdadero reto comenzó el mismo día de mi cumpleaños, siendo uno de los mejores regalos que nunca he recibido.
Los últimos cuatro meses han sido maravillosos. Han tenido su parte difícil, me he tenido que acostumbrar a muchas cosas  nuevas y en especial a la distancia y al echar de menos, también he vivido momentos complicados, pero la forma de afrontarlos ha sido totalmente distinta. He conocido a gente maravillosa que ha conseguido que allí me sienta también en casa. Gente que no ha parado de ayudarme, de darme cariño y de permitirme disfrutar de su compañía y de momentos inolvidables.
Digo adiós a este año con un montón de cosas de mi lista de sueños por cumplir tachadas, con una felicidad enorme, y sobre todo con un sentimiento de gratitud gigante.
GRACIAS a tod@s los que habéis participado en mi 2015, ya sea con mayor o menor intensidad, pero GRACIAS de corazón por estar ahí y por haber sido una parte importante de mi crecimiento personal.
Sin más hoy le digo adiós a 2015, para recibir, como siempre, con una gran sonrisa e ilusión a 2016, en el que espero seguir aprendiendo, disfrutando, cumpliendo sueños y superándome, y con el deseo de que sea un gran año para tod@s.
¡Feliz 2016! Mucha felicidad, amistad, amor, salud, dinero y sobretodo mucho Nanananana to me!!!

miércoles, 31 de diciembre de 2014

¡Feliz 2015!

Un 31 más, un teclado y una página en blanco. No sé si es mi percepción pero cada vez parece que los años pasan más deprisa. Ya estoy otra vez aquí haciendo mi balance, o intentándolo, porque es muy difícil para mí analizar este 2014 que se marcha.
 Por mucho que nos esforcemos las personas tenemos un maldito mecanismo que hace que aunque tengamos 1000 cosas buenas parezca que sólo pesan las malas. Sería egoísta decir que ha sido un año horrible porque ha tenido momentos muy emocionantes y bonitos, pero es complicado quitarse esa sensación.
Enero empezó con mal pie. Fue un mes duro entre lágrimas y habitaciones de hospital, pero si de algo me siento orgullosa es de saber que di todo lo que había en mí, y que lo volvería a hacer una y otra vez. En él aprendí que es inevitable luchar contra la esperanza, porque por muy evidente que sea la realidad es algo que vive dentro de nosotros con todas sus fuerzas, y también cómo a veces aunque seamos conscientes de las situaciones nos negamos a reconocerlas en voz alta.
Febrero continuó la agonía, hasta que finalmente el día 12 todo acabó y la vida se lo llevó. Es curioso. Desde niños nos enseñan a leer, a escribir, a dar las gracias. Nos enseñan a multiplicar, a analizar oraciones, a ser educados, a pedir las cosas por favor. Nos enseñan a ser sinceros (o al menos a intentarlo), los países, las capitales, los animales. Nos enseñan que hay que respetar a los demás, que hay que pedir perdón. Nos enseñan muchas cosas, pero nadie nos enseña a vivir sin nuestros seres queridos. Nadie nos enseña a afrontar esos momentos, a decir adiós. Y cuando ocurre tienes que aprender todo de golpe y empiezas a darte cuenta y a pensar cosas que nunca habías pensado. Empiezas a ser consciente de que hoy estás aquí, pero dentro de un rato ¿quién sabe?, que de repente un día todo se acaba y ya está. Que debes aprovechar el momento porque no sabes cuando todo puede cambiar. Que no debes dejarte nunca un te quiero en el bolsillo para después, porque después puede ser tarde. Empiezas a ser consciente de tantas cosas que es inevitable que algo te cambie un poco por dentro. 
Volviendo por dónde iba, que me pierdo en divagar, febrero marcó mi 2014. Marzo pasó sin pena ni gloria, y en abril me tocó un caramelo dulce. La ironía de la vida hizo que un 12 me trajera un regalo y descubriera unos sentimientos increíbles. Después de un día muy largo y algún pequeño momento de tensión, mi sobrino Enzo vino al mundo y me devolvió parte de mi sonrisa. Intentaría explicar lo que sentí  la primera vez que le vi la carita y lo sostuve en brazos, pero no existen suficientes palabras para hacerlo.
Los siguientes 4 meses se deslizaron por el calendario deprisa y sin relevancia, para dar paso a un septiembre cargado de emociones. Aunque San Antolín ya no es mi San Antolín fui capaz de disfrutarlo y a pesar de las ausencias tuve un cumpleaños mucho mejor de lo que hubiera imaginado, con la visita incluida para compartirlo conmigo de la mejor amiga que se puede tener.  Cinco días después, el 13, ocurrió uno de los días más bonitos que recuerdo. Orgullo de hermana con la boda más bonita del mundo, la emoción a flor de piel y las lágrimas esta vez de alegría.
En octubre decidí comenzar de nuevo a ir a por mi sueño y  gran objetivo profesional de mi vida, y durante todo él, y durante noviembre y parte de diciembre me he dedicado a luchar contra mi estrés y nervios que tanto me están fastidiando.
Finalmente el último finde del año lo he pasado fuera disfrutando de 3 días de desconexión al lado de la persona que más me quiere y me cuida, y que durante este difícil año ha sido la que me ha sacado a flote una y otra vez estando a mi lado sin despegarse de mí, aguantando mi mal humor y mis malos momentos y dándome todas las fuerzas del mundo para seguir avanzando. Creo que nunca podré agradecerle todo lo que hace por mí.
Sin más, hoy le digo adiós a este agridulce 2014 para recibir, como siempre, con una gran sonrisa y con la ilusión de que sea un gran año para toda la gente que quiero y para mí, a este 2015 que está a punto de empezar.
¡Feliz 2015! Mucha felicidad, amistad, amor, salud, dinero y sobretodo mucho Nanananana to me!!!

viernes, 9 de mayo de 2014

Feliz cumpleaños abuelo (8-5-2014)

Hoy me invaden los recuerdos. A nadie le interesa, pero tengo el alma tan cargada que necesito vaciarla el algún rincón. Mi mente me traslada a hace muchos años (o quizás no tantos). Me veo pequeñita y sonriente, como siempre. Quizás tengo 10 años. Entro corriendo en casa y te achucho:

-“¡¡Felicidades abuelo!!”
-“Gracias mi niña”
-“¿Cuántos cumples?”
-¿Yo? 33
-“¡Eso dices siempre!”
-“Yo es que llegué a 33 y dejé de cumplir años”

Protesto porque me engañas y tú te ríes y me das de nuevo otro achuchón. Suena el timbre. Llegan los primos con sus padres. Sacas las patatas, las cortezas, la cocacola. Hay alboroto, pero me gusta. Te pedimos la pelota de tenis que siempre anda por ahí para salir a jugar al fútbol al patio. “¡Cuidado con los tiestos!”. Ponemos cara de angelitos, te prometemos que tendremos cuidado y mientras los mayores hablan de cosas aburridas salimos a jugar.
Si cierro los ojos puedo escuchar las risas. Me veo jugando, corriendo, entrando a por patatas, saliendo de nuevo. Y cómo no, una vez más, uno de los dos enanos se ha cargado un tiesto. Sin darnos tiempo a reaccionar en lo que nos miramos sales al patio y nos persigues mientras damos vueltas a la mesa. “¡Mira que os lo he dicho! ¡Venid aquí! ¡Cómo os coja!”. Nos parece divertido. Nos quitas la pelota y entras dentro. Y ahí empieza mi misión:

-“Abuelo, déjanosla, que te prometemos que tenemos mucho cuidado”
-“No os la dejo, que siempre rompéis alguno”
-“Andaaaa, porfaaaaa”
-“Me cago en la mar salada…Toma anda, ¡pero como rompáis otro no os vuelvo a dejar jugar con ella!"
 
Te abrazo de nuevo y salgo a jugar. Felicidad. El tiempo vuela y aunque hayan pasado horas parece que han sido minutos y ya nos toca volver a casa. Cómo me gusta mayo, me gustan tantos tus cumpleaños… 
Ahora mis recuerdos me llevan a un tiempo más reciente. Ya no hay esos cumpleaños tan grandes. Echo de menos aquéllos de cuando era pequeña, pero ahora son especiales de una forma distinta. Me paso la tarde buscando qué regalarte. Cosas sencillas pero que te hagan ilusión. La conversación al felicitarte sigue siendo igual que 10 años atrás. Sigues cumpliendo 33. La única diferencia, es que ahora me felicito a mí misma por tener la suerte de tenerte en mi vida.

Vuelvo al presente con una sensación muy agridulce. Hoy es 8 de mayo. Debería ser un día feliz. Debería haber estado pasando la tarde buscando tu regalo, pero estoy aquí delante de un teclado. Ya no estás. Es el primer cumpleaños que no te tengo. La primera vez que no te puedo felicitar. Siquiera hace 3 meses que te marchaste y una sensación extraña me hace un nudo en la garganta. Te echo de menos. Ya no hay más “mi niña”, ya no hay más abrazos, o más conversaciones. Ahora sólo quedan los recuerdos, y un gran vacío en mi interior. 

Feliz cumpleaños abuelo.

martes, 31 de diciembre de 2013

¡Feliz 2014!

Si no llegara el día 31 y me sentara a teclear y pensar sobre el año que se va creo que sentiría que me falta algo. Este año se me hace un poco difícil ser capaz de repasar todo lo que he vivido en este 2013 intentando dejar fuera la perspectiva de las últimas semanas, pero lo intentaré.
Creo que para mí 2013 ha sido un año de madurez en el que he crecido como persona. Ha sido un año con cosas malas, pero hace tiempo que decidí intentar fijarme sólo en las buenas y poner un filtro en mis recuerdos para que sólo perduren las sonrisas, aunque sin olvidar lo malo del todo, porque nos guste o no gracias a ello es por lo que aprendemos.
Hasta marzo fue un año normal, hasta que una llamada lo cambió todo. De repente, y sin saber cómo, pasaba de estar estudiando en mi habitación a emprender un viaje hacia Aranda de Duero para cumplir uno de mis sueños, aunque fuera por poco tiempo. Yo, que nunca había salido de mi casa tuve que marcharme y llegar a una ciudad nueva en la que no conocía a nadie. Luchar contra mis miedos y contra la soledad, y crecer de golpe. Al principio fue muy duro para mí y en la oscuridad de la noche lloré muchísimo porque no me veía capaz, y ahí creo que fue dónde maduré y dónde me hice más fuerte. Creo que nunca he aprendido tanto. Aprendí vida y aprendí a ser mejor profesional. Aprendí que siempre allá donde vayas encontrarás gente dispuesta a echarte una mano, a enseñarte y a hacerte sentir en casa. El tiempo pasó volando pero las personas que me llevé, los momentos y los recuerdos estarán siempre conmigo. Fui con una maleta llena de ropa, de miedos, de inseguridad y volví con una llena de amigos, de lecciones, de seguridad y de felicidad.
Pero como todas las cosas bonitas, llegó a su fin y el verano comenzó. Viví unas vacaciones increíbles por Asturias. Seis días maravillosos al lado de la persona que más me quiere y me cuida y otros 4 más en casa de una de las mejores amigas que se pueda tener.
Agosto llegó y me trajo 2 regalos: Uno de ellos un sueño para mí, el mejor regalo de cumpleaños que recuerdo, un viaje a Madrid para presenciar el homenaje a Raúl en el Bernabéu. Todavía lo pienso y me emociono; y el otro la noticia más bonita del mundo: En 2014 seré tía. Todavía no ha nacido y ese pequeño ya me ha robado el corazón. También tuve que tomar decisiones y a día de hoy me surge la duda de si fueron las correctas, pero de ese error también aprendí una lección: cuando tomes una decisión valora todas las consecuencias porque después tendrás que asumirlas.
Sin duda este año septiembre no fue mi septiembre, y San Antolín me trajo más disgustos que alegrías. Al menos en mi cumpleaños recibí una visita que me lo alegró.
En octubre nunca olvidaré el día 12. Días antes mis abuelos cumplían 60 años de casados y ese fin de semana les dimos una sorpresa toda la familia: organizamos una comida en la que estuvimos todos. Quizás fue uno de los días más felices de mi vida.
Noviembre y diciembre prefiero olvidarlos. El final del año está siendo muy duro y aceptar la realidad es demasiado difícil. Después de mucho tiempo no llego mala a nochevieja, aunque lo preferiría antes de lo que está tocando vivir. Se ve que no se me da bien despedir a los años.
Afronto la llegada del nuevo año con incertidumbre. Con ilusión por que llegue abril y poder abrazar a mi sobrino y verle por primera vez su sonrisa, con la ilusión de que mi hermano consiga lo que se merece en enero, y con miedo a cada día porque otra persona a la que adoro y estoy muy unida se pueda marchar en cualquier momento.
A pesar de todo hoy recibiré a 2014 como siempre, con una enorme sonrisa, y deseando que me traiga buenas sorpresas, que siga teniendo a mi lado a la persona que más quiero del mundo, y que toda la gente de mi alrededor a la que adoro sea feliz.
¡Feliz 2014! Mucha felicidad, amistad, amor, salud, dinero y sobretodo mucho nanananana to me!!!




lunes, 31 de diciembre de 2012

¡Feliz 2013!

Un nuevo año llega a su fin y un 31 de diciembre más me siento delante de mi teclado a hacer el balance de mi año. Quizás sea una costumbre estúpida pero me encanta este pequeño momento en el que con una música de las que inspiran de fondo dedico unos minutos a pensar en el año que se va.
Hoy le digo adiós a este 2012, a estos 366 días que se marchan, pero no puedo hacerlo sin más, porque siempre soy incapaz de decir adiós sin antes pensar en todo lo que he vivido durante ese tiempo.
2012 ha sido un año en el que creo que simplemente me he dedicado a vivir, a ser feliz y a creerme que quizás me lo merezco. Normalmente en estos balances me tocaba estar un buen rato pensando en encontrar algún momento bueno, porque reconozco que mi vida no era todo lo buena que debería, pero desde que en 2010 me despedí del año con una sensación enorme en la que pensaba que 2011 me cambiaría la vida todo ha sido muy diferente. 
Tuve que esperar algo más de 6 meses para que ese golpe de suerte apareciera pero mereció la pena y desde entonces sólo puedo sonreír y ser feliz.
Podría definir 2012 como el año de las esperas porque en él he realizado un par de viajes y después he vivido otros momentos increíbles, pero siempre conocía que llegarían esos momentos con mucha antelación y me tocaba esperar con ansias que llegaran, para que después de tanto tiempo pasaran fugazmente.

La primera espera fue hasta Abril. Desde Noviembre del año anterior esperaba que llegara aquel mágico Abril en el que realizaría un viaje  a Madrid con la mejor compañía posible. Tres días enteros para nosotros, un musical, un recorrido rápido pero a fondo por esa preciosa ciudad, un reencuentro con alguien a quién tenía muchas ganas de ver y un sueño cumplido en el que pude visitar el plató del programa que más me ha entretenido en los últimos tiempos y conocer cómo funciona la tele por dentro. Tres días mágicos e inolvidables que pasaron demasiado rápido pero que siempre llevaré conmigo en mi memoria.
La segunda espera fue un poco más corta, hasta Julio. Y de nuevo el objetivo era unos días contigo, pero esta vez 6. Casi una semana conviviendo y siendo feliz. Destino: Valencia. Seis días increíbles con millones de anécdotas que ya se podían haber pasado como esos 5 minutos valencianos que seguramente sólo tú entiendas, pero que parecieron un abrir y cerrar de ojos. Centros comerciales, piscina, playa, una visita al Nilo en el Hemisféric, risas descubriendo la ciencia en el museo de las ciencias, y una inmersión en el mundo de los animales marinos en el que por fin pude ver de cerca a mis adorados delfines.
La siguiente espera tuvo que ver con la mejor amiga del mundo y con Agosto. Poder compartir 3 días con ella, enseñarle el pueblo, risas, sing star, buzz, pizza, series…demasiado corto pero inolvidable.
Y la última espera fue quizás más inesperada, un viaje a Salamanca en el que visitar a unos amigos y poder compartir de nuevo 3 días más juntos.
Obviamente este año también ha tenido sus momentos malos y también he pasado algún momento difícil pero sin duda ha sido un año increíble en el que he estado rodeada de los míos, en el que he sido feliz a tiempo completo, en el que he comenzado nuevos proyectos, y en el que lo único que pido ahora que se va, no es que 2013 sea mejor, sino que al menos sea igual que 2012, y que cuando dentro de un año vuelva a sentarme delante de este teclado, o de otro parecido, siga sintiendo esta sensación de felicidad, siga contando cada día del año por todos los momentos compartidos y siga teniendo esta sonrisa tan enorme en mi cara... (y algo me dice que así será)
¡Feliz 2013! Mucha felicidad, amistad, amor, salud, dinero y sobretodo mucho Nanananana to me!!!

lunes, 1 de octubre de 2012

Fracaso



Sólo los que lo intentan tienen la opción de triunfar. Ser valiente para enfrentarte a algo tiene mucho mérito, pero el problema viene cuando la cosa sale mal. No todo el mundo está preparado para el fracaso, y mucho menos aquéllos que están acostumbrados a salir hacia delante. Es cierto que sólo los que fracasan una y otra vez son los que realmente saborean el éxito, pero soportar varios reveses seguidos es complicado.
La peor parte viene cuando la persona que intenta conseguir algo es alguien que normalmente lo logra. Debido a ello todo el mundo de su alrededor tiene tanta fe en que lo conseguirá que esa confianza se convierte en presión por miedo a decepcionar. Reconforta saber que tanta gente cree en ti, pero a la vez es un peso que cae como una losa cuando no consigues tu objetivo.
Que todo el mundo crea en ti más que incluso tú mismo es un halago, y a la vez un martirio, porque cuando las cosas salen mal te sientes peor que nunca. Te sientes mal por haber fallado, te enfadas contigo por haber hecho mal algo que sabes hacer bien, porque no entiendes qué coño te ha pasado para meter de esa manera la pata, y a todo eso le tienes que sumar el que todo el mundo esperaba que lo hicieras bien, pero no., la has cagado. Y entonces tienes que decirlo, pero justo antes de hablar ves sus caras con esa expresión de alegría al recibirte y de “qué orgulloso estoy de ti por haberlo conseguido”, pero no lo has conseguido, y sólo te sale decir un tímido “lo siento”. 
Entonces piensan que estás de coña, porque claro, es imposible que tú hayas fallado en algo…”venga anda no nos tomes el pelo”. Y es ahí cuando te hundes y no puedes evitar que se escapen las lágrimas. 
En ese momento se dan cuenta de que no bromeabas e intentan animarte una y otra vez de mil maneras, pero tú ya no sientes nada. Nada logra hacer que te sientas mejor, porque a cada segundo que pasa sientes más vacío, más tristeza y más dolor.

lunes, 30 de julio de 2012

La parte oscura...


Todos tenemos cosas malas y negativas en nuestra personalidad. Cosas que no nos gusta que estén ahí ni que sean de esa manera. Aspectos de nuestra forma de ser que cambiaríamos con los ojos cerrados para poder ser mejores y ante los que reaccionamos de diferentes maneras.
Algunos saben que están ahí pero como no lo pueden evitar no se preocupan. Reconocen que tienen esa parte mala pero no es algo que los cause ningún efecto. Simplemente saben que son así y que es una parte de ellos.
Otros, en cambio, luchan por intentar cambiarlo, aunque la mayoría de veces sin éxito, pero ponen esfuerzo por lograr quitar de su ser esos aspectos que los marcan, aunque sin obsesionarse con ello.
Y luego están los menos. Los que no sé si existen más o sólo estoy yo dentro de ese grupo. Los  que son demasiado conscientes de todo. Los que esa parte negativa los atormenta y los mortifica cada vez que se asoma. Los que luchan contra ella pero saben que nunca van a poder cambiarlo porque son sentimientos, y si hay algo en la vida que no se puede controlar son los sentimientos.
Es difícil aceptar partes de ti que no te gustan, sentir cosas que nunca te gustaría sentir, y sobretodo es duro ser consciente de que está mal, saber que no te gusta pero que por mucho que luches contra ello no podrás evitar sentirlo.
La parte peor viene cuándo alguien descubre esa parte oscura de ti. Cuándo alguien que quieres y que te conoce muy bien logra destaparlo y conocer incluso la magnitud de lo que, aunque haya gente que alguna vez haya podido intuir, es mucho más grande de lo que pudieran imaginar. Cuándo ese alguien, que consigue que hables con él de ello te dice como eres. Algo que tú sabes pero que cuándo lo escuchas te martillea los oídos. Cuándo te invade la tristeza y el miedo de que ahora que lo sabe puedas decepcionarlo.
 Y entonces sólo tienes miedo, miedo de que esa parte negativa alguna vez no puedas controlarla y sin quererlo puedas hacer daño a esa persona que tanto quieres, porque el resto del tiempo sólo te haces daño y te destrozas a ti misma, pero lo aguantas porque forma parte de ti, pero si hay algo que nunca podrías soportar es que pudiera afectarle a la otra persona. Porque a ti misma no te importa hacerte daño, pero hacérselo a ese alguien sería algo insoportable.
Y no hay arreglo…es algo con lo que tienes que vivir porque no se puede cambiar, por mucho que maldigas tu forma de ser. Por mucho que maldigas el que encima por tu forma de sentir esos sentimientos que a veces se despiertan te hagan un daño horrible y casi insoportable.
Aunque al menos siempre te quedarán las letras para desahogarte y para así poder pasar página de esos momentos…hasta que tu parte oscura vuelva a salir, porque si hay algo de lo que estás segura es de que nunca vas a poder librarte de ella, y eso, es lo que más te mata.
Pero bueno, la parte buena es que esa parte fea sólo sale de cuándo en cuándo, y a pesar de que el día que hablas sobre ello te deja medio KO sólo tienes que dejar pasar el tiempo, olvidarlo y volver a cerrarlo en un cajón con llave esperando que no vuelva a salir.

sábado, 7 de julio de 2012

Nuestra vida


No sé si existe el destino, no sé si todo está escrito o si nosotros somos los que vamos escribiendo nuestra historia, pero lo que sí que sé es que teníamos que encontrarnos, que el azar que mueve los hilos de la vida nos tenía reservado un gran regalo, que quizás todo lo que habíamos pasado cada uno antes de cruzarnos era un precio a pagar por la gran suerte que íbamos a tener aquel 25 de Junio en el que la suerte se alineó de nuestra parte, y si es así volvería a pasar una y otra vez todo lo que pasé si el premio al final era tenerte.
Lo que si que sé es que lo que siempre había estado esperando eras tú. Que ese vacío y soledad que siempre me ha acompañado lo sentía porque tú no estabas. Que eres la persona que me complementa, la que me hace feliz, la que me hace tener equilibrio y no me deja tambalearme.
Lo que sé es que si sentía que mi vida no tenía ningún sentido era porque tú no estabas en ella, y cuándo apareciste tú se lo diste.
Apareciste y entonces por primera vez sonreí de verdad. Apareciste y por fin sentí algo que nunca había sentido. Apareciste y supe que eras TÚ. Supe que durante toda mi vida había estado vagando sin sentido y buscando algo que no sabía que era, hasta que descubrí que simplemente te buscaba a ti.
Y desde entonces, ¿qué decir? No lo sé, no lo puedo explicar porque todo lo que siento cada vez que te miro no se puede explicar, ¿cómo se puede explicar el amor? ¿cómo se puede explicar la felicidad? Sólo se puede vivir y demostrar, y eso es lo único que intento cada día, demostrarte lo feliz que soy e intentar que tú lo seas tanto como yo.
No sé si te merezco, no sé si merezco tanta felicidad, si merezco la suerte que he tenido al encontrarte, si merezco todo lo que me das, no lo sé, pero lo que sí que sé es que a lo único que voy a dedicar mi vida es a conservarlo, a cuidar esto tan increíble que tenemos, a quererte cada día más, a amarte como te amo y a decirte y demostrarte cada día lo muchísimo que te quiero.
 Sé que te he escrito muchas veces cosas parecidas, pero es que, joder, enserio, no te puedes imaginar lo feliz que soy, como me siento cada vez que estás a mi lado, todos los sentimientos que me abordan cada vez que me abrazas y me besas, como se me parte el alma cada vez que te separas de mi, cómo me siento de mal cada vez que tenemos algún pequeño pique, y como me siento de viva y de llena cuándo estás conmigo. Y lo feliz que me hace esa sensación de que crezco, aprendo y maduro contigo.
Te quiero, te quiero más que a nada en el mundo, te quiero como nunca he querido, eres lo que más he querido en mis 22 años, lo que está en mi cabeza las 24 horas del día, incluso cuándo sueño, eres el que ha conseguido que deje de querer estar dormida todo el tiempo porque mi vida era una mierda, para querer estar despierta y dormir lo menos posible porque mi vida supera cualquier sueño que pueda tener.
Te amo mi amor, y pienso decírtelo y repetírtelo todos los días de mi vida….Te amo…porque ya no es tu vida o la mía, es nuestra vida.
Nanananana to me!!! 2711♥

viernes, 9 de marzo de 2012

Seguiré...

Y es que lo que siento cuándo le miro a los ojos no se puede explicar. No sé si llamarlo felicidad porque es algo todavía más grande. No existen palabras para describirlo.

Sólo sé que quiero seguir teniendo esta sensación todos y cada uno de los días que dure mi vida. Quiero seguir sintiendo que me enamoro cada día más, quiero seguir sintiendo que si no está nada tiene sentido, quiero seguir sintiendo que es mi mundo, aunque eso sea peligroso.

Todo el mundo piensa que su historia es especial y que no hay ninguna igual, pero en mi caso es verdad.

Navegaba por la vida perdida y sin ilusión, sobreviviendo y sintiéndome vacía. Tengo una forma de ver la vida muy diferente de la de la actualidad, y nunca pensé que podría encontrar a alguien que lo viera como yo, pero apareció y le dio a todo sentido. Me devolvió la vida, o quizás me la regaló porque nunca la había tenido, llenó todo de color, activó el botón de mis sonrisas sinceras, desterró mis tristezas y me hizo sentir por fin completa.

Me dio las fuerzas que nunca había encontrado y la seguridad que tanto había ansiado. Me dio la ilusión que no conocía y las ganas de levantarme por la mañana. Me ayuda a crecer y a madurar, me regala todo el cariño y el amor del universo, me mira con devoción, me cuida cómo si fuera su propio corazón. Me hace sentir especial e importante, me hace soñar y me demuestra que lo que tenemos crece cada día más y nunca va a frenar.

Y yo ni quiero, ni puedo permitir que frene, y sé que no lo va a hacer. Yo sólo quiero seguir escondiéndome en sus labios y viviendo en sus abrazos. Quiero seguir gritando al universo que LE QUIERO, y que me convierte en la mejor persona.

Y así seguiré….Seguiré volando por nuestro universo, seguiré saboreando cada uno de nuestros silencios, seguiré tarareando la alegría que inunda nuestras vidas, seguiré escribiendo lo que me dictan mis latidos. Todo seguirá creciendo cada día más y más, por siempre jamás….y yo seguiré, seguiré susurrándote al oído lo que siento y cuánto te quiero, y seguiré escribiéndolo y gritándolo al mundo entero.

Nanananana to me!!! 2711♥