jueves, 19 de enero de 2012

R. y nada más

La gente suele tener muchas aspiraciones: terminar la carrera, un coche, una casa, ropa, encontrar el trabajo de su vida, ganar mucho dinero, poder comprarse aquello que tanto anhela, y ya si acaso tener a alguien que esté ahí cuando acabe el día. Normalmente nunca somos conformistas y anteponemos lo material a otras cosas. Siempre deseamos más de lo que tenemos. Cuándo conseguimos nuestras aspiraciones ya no nos sacian y necesitamos buscar algo distinto que vuelva a parecer inalcanzable para intentar conseguirlo y seguir entretenidos porque nada es suficiente.
Yo, en cambio, quizás sea rara, pero apenas tengo 22 años y claro que sueño con algún día conseguir el trabajo de mi vida, o con tener mi coche o mi casa, pero si no pudiera conseguir nada de eso seguiría siendo feliz, porque ya tengo todo lo que necesito y lo que hace que me levante cada mañana: a él. Tengo una persona que me escucha, que se esfuerza en comprenderme, que me hace reír, que se desvive por hacerme feliz y que siempre esté bien, que muchas veces aunque piense que no me doy cuenta sacrifica lo que le apetecería hacer solamente por estar conmigo, que me regala abrazos cuándo tengo frío y no sólo en el cuerpo sino también cuándo lo tengo en el alma, que me mira con ternura, que me recuerda cada día lo mucho que me quiere, que en el momento en el que nos despedimos me cuenta que ya ha empezado a echarme de menos y que haría lo que fuera sólo por arrancarme una sonrisa.
Así que qué queréis que os diga, pero teniendo todo esto ¿quién necesita nada material? Yo lo único que quiero en la vida es seguir compartiéndola con él y que él siga queriendo compartirla conmigo, y teniendo eso ya nada más importa porque el resto es secundario.
Nanananana to me!!! ♥