viernes, 17 de septiembre de 2010

Un nuevo camino...

Qué rara es la sensación que se tiene cuando vas a empezar algo nuevo. Es como si estuvieras todo el día nerviosa, ausente, pensativa, como si vivieras más que de costumbre en tu mundo. Todo el tiempo encuentras nuevas incógnitas, nuevos supuestos problemas, y te ahogas en un vaso de agua, se te olvida hasta sumar dos más dos.

Continuamente sientes ese gusanillo en el estómago, y una pequeña ilusión que brota mezclada con todo lo anterior.

En teoría deberíamos estar acostumbrados porque la vida es eso. Es terminar una etapa y enseguida comenzar la siguiente. Nada es eterno, todo se termina y cada vez que escribes un punto, incluso hasta cuando cambias de renglón, inmediatamente la historia continúa y nuevas líneas se deslizan por el libro de tu vida.

Pero no, los cambios nunca los aceptamos y los inicios nunca fueron fáciles.

Yo creo que en realidad es una mezcla de terror, de pánico, de miedo a no ser capaz. ¿Y si no llegas? Te consuelas con un “bueno, al menos lo habré intentado” pero con ello no cesa tu angustia. Necesitas que llegue el momento, enfrentarte a lo nuevo y no pensar en nada. Una vez que hayas pasado esa primera fase, enseguida pasarás de la introducción al nudo. Tan fácil y sencillo, como a la vez complicado.

Lo importante es no dejar que esa agonía que tú sola formas te ahogue. Sólo tienes que caminar, y continuar la senda. Te tropezarás, caerás y seguramente te harán la zancadilla, pero NUNCA te quedes parada. Limpia las rodillas, sacúdete el polvo y sigue hacia delante. Cuando encuentres una encrucijada, pregúntale a tu corazón…él es el único capaz de decirte la verdad. No corras, pero tampoco te entretengas demasiado, y sobretodo nunca pierdas la sonrisa, ¿o todavía no sabes cuán grande puede ser su poder?

Nunca te rindas.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

21... (8-9-89)


Una vez alguien me dijo que cumplir años significaba ganar vida, asique hoy brindo y celebro que he ganado un poquito más de ella.

Ayer estuve viendo fotos de mi niñez, bajé los álbumes de la librería y los estuve mirando con mi madre. Me encantó observar esos instantes capturados en cada instantánea y reírme por cómo pasa el tiempo. Me divertí con las fotos de mis padres de jóvenes, los peinados,las ropas, las sonrisas…mientras mi madre iba explicándome quiénes eran aquellos a los que no reconocía. También me gustó ver a mi hermano de niño, y esas fotos en las que me tenía cogida en brazos y me miraba con esa cara de ternura y de protección. Me gustó recordar a aquellos que ya no están y que se tuvieron que marchar. A veces me da miedo olvidarme de ellos y no poder recordar su cara, hace tantos años ya...

El tiempo pasa, y pasa para todos. Es increíble como cambiamos, y eso que en las fotos sólo se ve el exterior, si existiera una máquina que capturara también el interior, ahí sí que veríamos verdaderos cambios…

La vida pega vuelcos inesperados cada poco tiempo. Hoy estás aquí, mañana allí y pasado puede que siquiera estés.

Me gustan los días de cumpleaños, es una sensación tan extraña…alegría y felicidad, todo el día con la sonrisa en la boca, el móvil y el teléfono sonando, la gente que se acuerda de ti, que te desea lo mejor, y a la vez la nostalgia…nostalgia por cómo era todo y como es ahora, nostalgia por esos que se olvidan de felicitarte a pesar de que lo esperabas, y sobretodo nostalgia por los que están lejos. Una llamada o un mensaje sabe tan a poco al lado de un abrazo…

Llevo todo el día dando las gracias, y es que estoy muy agradecida de verdad. No ha sido el mejor cumpleaños de mi vida, pero todos y cada uno son muy especiales. Gracias a los que a las 00:00 estabais con el móvil de la mano para ser los primeros en felicitarme, gracias a los que intentaron darme sorpresas a pesar de que saliera un poco desastrosa, gracias a las que decidieron sorprenderme y arrancarme las lágrimas de alegría enviándome un paquete con unos regalos y unas cartas demasiado mágicas para ser verdad, gracias a los que os habéis acordado, a los que me habéis hecho llegar vuestras felicitaciones a través de todas las formas posibles, y gracias también a los que os habéis olvidado. Gracias, desde el corazón.