Hoy le digo adiós a este 2012, a estos 366 días que se
marchan, pero no puedo hacerlo sin más, porque siempre soy incapaz de decir
adiós sin antes pensar en todo lo que he vivido durante ese tiempo.
2012 ha sido un año en el que creo que simplemente me he
dedicado a vivir, a ser feliz y a creerme que quizás me lo merezco. Normalmente
en estos balances me tocaba estar un buen rato pensando en encontrar algún
momento bueno, porque reconozco que mi vida no era todo lo buena que debería, pero
desde que en 2010 me despedí del año con una sensación enorme en la que pensaba
que 2011 me cambiaría la vida todo ha sido muy diferente.
Tuve que esperar algo
más de 6 meses para que ese golpe de suerte apareciera pero mereció la pena y desde
entonces sólo puedo sonreír y ser feliz.
Podría definir 2012 como el año de las esperas porque en él
he realizado un par de viajes y después he vivido otros momentos increíbles,
pero siempre conocía que llegarían esos momentos con mucha antelación y me
tocaba esperar con ansias que llegaran, para que después de tanto tiempo pasaran
fugazmente.
La primera espera fue hasta Abril. Desde Noviembre del año
anterior esperaba que llegara aquel mágico Abril en el que realizaría un
viaje a Madrid con la mejor compañía
posible. Tres días enteros para nosotros, un musical, un recorrido rápido pero
a fondo por esa preciosa ciudad, un reencuentro con alguien a quién tenía
muchas ganas de ver y un sueño cumplido en el que pude visitar el plató del
programa que más me ha entretenido en los últimos tiempos y conocer cómo
funciona la tele por dentro. Tres días mágicos e inolvidables que pasaron demasiado
rápido pero que siempre llevaré conmigo en mi memoria.
La segunda espera fue un poco más corta, hasta Julio. Y de
nuevo el objetivo era unos días contigo, pero esta vez 6. Casi una semana
conviviendo y siendo feliz. Destino: Valencia. Seis días increíbles con
millones de anécdotas que ya se podían haber pasado como esos 5 minutos
valencianos que seguramente sólo tú entiendas, pero que parecieron un abrir y
cerrar de ojos. Centros comerciales, piscina, playa, una visita al Nilo en el
Hemisféric, risas descubriendo la ciencia en el museo de las ciencias, y una inmersión
en el mundo de los animales marinos en el que por fin pude ver de cerca a mis
adorados delfines.
La siguiente espera tuvo que ver con la mejor amiga del
mundo y con Agosto. Poder compartir 3 días con ella, enseñarle el pueblo,
risas, sing star, buzz, pizza, series…demasiado corto pero inolvidable.
Y la última espera fue quizás más inesperada, un viaje a
Salamanca en el que visitar a unos amigos y poder compartir de nuevo 3 días más
juntos.
Obviamente este año también ha tenido sus momentos malos y
también he pasado algún momento difícil pero sin duda ha sido un año increíble
en el que he estado rodeada de los míos, en el que he sido feliz a tiempo
completo, en el que he comenzado nuevos proyectos, y en el que lo único que pido ahora que se va, no es que 2013 sea
mejor, sino que al menos sea igual que 2012, y que cuando dentro de un año
vuelva a sentarme delante de este teclado, o de otro parecido, siga sintiendo
esta sensación de felicidad, siga contando cada día del año por todos los
momentos compartidos y siga teniendo esta sonrisa tan enorme en mi cara... (y algo
me dice que así será)
¡Feliz 2013! Mucha felicidad, amistad, amor, salud, dinero y
sobretodo mucho Nanananana to me!!! ♥
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