viernes, 9 de mayo de 2014

Feliz cumpleaños abuelo (8-5-2014)

Hoy me invaden los recuerdos. A nadie le interesa, pero tengo el alma tan cargada que necesito vaciarla el algún rincón. Mi mente me traslada a hace muchos años (o quizás no tantos). Me veo pequeñita y sonriente, como siempre. Quizás tengo 10 años. Entro corriendo en casa y te achucho:

-“¡¡Felicidades abuelo!!”
-“Gracias mi niña”
-“¿Cuántos cumples?”
-¿Yo? 33
-“¡Eso dices siempre!”
-“Yo es que llegué a 33 y dejé de cumplir años”

Protesto porque me engañas y tú te ríes y me das de nuevo otro achuchón. Suena el timbre. Llegan los primos con sus padres. Sacas las patatas, las cortezas, la cocacola. Hay alboroto, pero me gusta. Te pedimos la pelota de tenis que siempre anda por ahí para salir a jugar al fútbol al patio. “¡Cuidado con los tiestos!”. Ponemos cara de angelitos, te prometemos que tendremos cuidado y mientras los mayores hablan de cosas aburridas salimos a jugar.
Si cierro los ojos puedo escuchar las risas. Me veo jugando, corriendo, entrando a por patatas, saliendo de nuevo. Y cómo no, una vez más, uno de los dos enanos se ha cargado un tiesto. Sin darnos tiempo a reaccionar en lo que nos miramos sales al patio y nos persigues mientras damos vueltas a la mesa. “¡Mira que os lo he dicho! ¡Venid aquí! ¡Cómo os coja!”. Nos parece divertido. Nos quitas la pelota y entras dentro. Y ahí empieza mi misión:

-“Abuelo, déjanosla, que te prometemos que tenemos mucho cuidado”
-“No os la dejo, que siempre rompéis alguno”
-“Andaaaa, porfaaaaa”
-“Me cago en la mar salada…Toma anda, ¡pero como rompáis otro no os vuelvo a dejar jugar con ella!"
 
Te abrazo de nuevo y salgo a jugar. Felicidad. El tiempo vuela y aunque hayan pasado horas parece que han sido minutos y ya nos toca volver a casa. Cómo me gusta mayo, me gustan tantos tus cumpleaños… 
Ahora mis recuerdos me llevan a un tiempo más reciente. Ya no hay esos cumpleaños tan grandes. Echo de menos aquéllos de cuando era pequeña, pero ahora son especiales de una forma distinta. Me paso la tarde buscando qué regalarte. Cosas sencillas pero que te hagan ilusión. La conversación al felicitarte sigue siendo igual que 10 años atrás. Sigues cumpliendo 33. La única diferencia, es que ahora me felicito a mí misma por tener la suerte de tenerte en mi vida.

Vuelvo al presente con una sensación muy agridulce. Hoy es 8 de mayo. Debería ser un día feliz. Debería haber estado pasando la tarde buscando tu regalo, pero estoy aquí delante de un teclado. Ya no estás. Es el primer cumpleaños que no te tengo. La primera vez que no te puedo felicitar. Siquiera hace 3 meses que te marchaste y una sensación extraña me hace un nudo en la garganta. Te echo de menos. Ya no hay más “mi niña”, ya no hay más abrazos, o más conversaciones. Ahora sólo quedan los recuerdos, y un gran vacío en mi interior. 

Feliz cumpleaños abuelo.

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