Los recuerdos

Siempre he pensado que el mayor tesoro que tenemos son nuestros recuerdos. Son la única cosa que nos pertenece de verdad y que nadie nos puede arrebatar. Con el tiempo algunos se van perdiendo pero siempre encontramos la manera de regresar a los más importantes. Esos pequeños diamantes que nos llevan a momentos inolvidables.

Quizás nuestra principal función en la vida sea crear cada día nuevos recuerdos, sustituyendo aquellos que no son tan agradables por esos otros que nos hacen sonreír, y puede que ahí se mida la felicidad, según la cantidad de recuerdos felices que tenemos.

Pero hay algo que siempre me ha causado mucho temor porque lo tuve que vivir con mi abuela. Existen muchas enfermedades muy crueles, pero quizás una de las que más lo son, son esas enfermedades que resetean nuestra cabeza y nos arrebatan lo más valioso que tenemos. Hablo del Alzhéimer y de la Demencia Senil. Es algo que siempre me ha causado pánico. No me imagino cómo sería si algún día me levanto y me doy cuenta de que se me ha olvidado mi nombre, o tampoco me imagino cómo sería que un día vaya a abrazar a mi madre y me pregunte que quién soy.

Todos tenemos algún temor, y éste es uno de los míos. Quizás por eso tengo esa manía de fotografiar todos los momentos felices que voy teniendo, por si algún día mi cabeza no los recuerda poder volver a ellos a través de las imágenes.

Por desgracia muchas personas sufren esto cada día. Hoy es el día mundial del Alzhéimer y por ello quería escribir estas líneas, una forma de enviar todo mi recuerdo a aquellos que van perdiendo los suyos.