Continuamente sientes ese gusanillo en el estómago, y una pequeña ilusión que brota mezclada con todo lo anterior.
En teoría deberíamos estar acostumbrados porque la vida es eso. Es terminar una etapa y enseguida comenzar la siguiente. Nada es eterno, todo se termina y cada vez que escribes un punto, incluso hasta cuando cambias de renglón, inmediatamente la historia continúa y nuevas líneas se deslizan por el libro de tu vida.
Pero no, los cambios nunca los aceptamos y los inicios nunca fueron fáciles.
Yo creo que en realidad es una mezcla de terror, de pánico, de miedo a no ser capaz. ¿Y si no llegas? Te consuelas con un “bueno, al menos lo habré intentado” pero con ello no cesa tu angustia. Necesitas que llegue el momento, enfrentarte a lo nuevo y no pensar en nada. Una vez que hayas pasado esa primera fase, enseguida pasarás de la introducción al nudo. Tan fácil y sencillo, como a la vez complicado.
Lo importante es no dejar que esa agonía que tú sola formas te ahogue. Sólo tienes que caminar, y continuar la senda. Te tropezarás, caerás y seguramente te harán la zancadilla, pero NUNCA te quedes parada. Limpia las rodillas, sacúdete el polvo y sigue hacia delante. Cuando encuentres una encrucijada, pregúntale a tu corazón…él es el único capaz de decirte la verdad. No corras, pero tampoco te entretengas demasiado, y sobretodo nunca pierdas la sonrisa, ¿o todavía no sabes cuán grande puede ser su poder?
Nunca te rindas.
4 comentarios:
nunca te rindas di que si, y para atras solo para coger impulso
Eres fuerte Amara... siempre me lo has parecido. Y tienes valor más que de sobra para enfrentarte a este nuevo cambio, estoy convencidísima (:
¡Mucha suerte bonica!
Mil besitos.
Pues yo sonrío por.. el último párrafo! :]
Escribes maravillosamente bien.
LLegan al alma tus palabras.
Te espero en mi blog,eres bienvenida.
saludos
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