lunes, 26 de julio de 2010

Una despedida....desde el corazón.

Hoy es un día raro. Esta mañana me levanté, me duché y me puse mi vieja camiseta de Raúl como durante muchos años he hecho en cientos de partidos. La primera vez que me la puse me llegaba por los tobillos y yo apenas levantaba demasiados palmos del suelo, pero me sentía gigante porque en mi pecho llevaba el escudo del Madrid y en mi espalda el 7 con el nombre de Raúl. Esa camiseta que llevé cuando por primera vez le vi en directo en un estadio de fútbol a escasos metros en Zorrilla y de la que lo único que lamento es que no tenga su firma estampada.


Hoy es diferente. Hoy me la pongo para despedirle, para decirle un hasta pronto. La noticia hacía tiempo que se sabía, pero hasta que no se ha confirmado no lo he asumido. Reconozco que cuando me enteré rompí a llorar y no he dejado de hacerlo hoy en todo el día.
Raúl es una leyenda, un mito. Es alguien a quién sólo Iker se le acerca para mí. Él no era el más rápido, ni el más técnico. No era el más alto ni el más guapo. No era el que mejor disparo tenía ni tampoco era el que mejor regates hacía…pero él era la fuerza, la garra, la entrega, la lucha. El más listo de la clase, el que estaba en el momento adecuado en el sitio preciso. Él es esa persona que te enseña a que nunca tienes que dar nada por perdido y que hasta el último minuto hay que luchar. El que te enseña que no hay que conformarse, que siempre te puedes superar, que siempre puedes ir a más. Puede parecer absurdo, pero gracias al fútbol también se aprenden cosas para la vida.
Él era, es y será un símbolo. Un ídolo.


Crecí con sus goles, maduré viéndole levantar copas. Tiene tantos títulos que como hoy ha dicho florentino Pérez son más propios de un club que de un solo jugador, y los que le quitaron, porque todos sabemos que moralmente tiene un balón de oro que Owen se llevó injustamente.
Sin duda uno de los momentos más especiales que he vivido ha sido el día que alguien decidió regalarme el privilegio de poder pisar el Bernabéu y a quién eternamente estaré agradecida. Raúl empezó en el banquillo pero el momento en el que salió a calentar y cuando saltó al campo fue algo mágico. Se sentía un aura especial cada vez que tocaba un balón. Me siento una privilegiada por haber podido vivir eso.
Sé que en las últimas temporadas no ha sido el que era. Ya no era aquel chico jovencito que tenía electricidad cada vez que cogía el balón. Sé que ya no estaba para ser titular, ni quizás para disputar partidos enteros, pero me conformaba con verle ahí en el banquillo, animando a sus compañeros, transmitiendo a todos los que llegaban lo que ese escudo que llevan en su corazón significa.


¿Y ahora? Ahora será raro y diferente. Ahora veré los partidos de mi equipo y él ya no estará allí. Ahora el 7 seguirá sobre el campo, pero leeré el nombre y encima no pondrá Raúl. Ahora cuando ganemos algún título ya no será el que vista a nuestra diosa con nuestra bandera con tanto amor y cariño. Ahora habrá un gran vacío que muy poca gente sabrá comprender. Ahora empezarán a valorarte de verdad. Ahora sólo me quedará echarte de menos...


Nunca te olvidaré capi. Para mí siempre estarás presente. Gracias por todo lo que nos has dado y por haber defendido ese escudo hasta el último minuto.Mucha suerte en tu nuevo camino. Vayas dónde vayas te seguiré y vayas dónde vayas harás historia porque ya eres eterno.
Hasta pronto, sé que no tardarás. Sé que volverás.

1 comentario:

ekis dijo...

Me he emocionado y todo :(

Raul representa los valores que están marcados en la camiseta, el ya los tiene cosidos en la piel.

El es un madridista de pura cepa, el madrid seguirá ganando títulos sin el, pero Irán dedicados al que fue nuestro capitán.

Siempre serás el 7 de nuestra generación.