martes, 21 de abril de 2009

¿Sientes la agonía?

Y punto y final.Que fácil es ponerlo en un papel, escribir cualquier historia, darle la forma que quieras y cuando a tí te parezca ponerle ese punto que le da fin.
Pero en la vida...en la vida es muy difícil aplicarlo.Lo intenté con lápiz al principio, después con boli,con rotulador, lo grabé con fuego,hice un agujero, hice lo imposible, pero siempre aparece un borrador que no me deja terminar de sellarlo.
Quiero...no, ¡necesito! ser capaz de dar por terminada esa historia, pero hay algo que me lo impide. Pongo voluntad, en un falso intento me esfuerzo, durante un tiempo parece que lo consigo, pero todo son apariencias y no te puedes engañar siempre a tí misma.
Es como una cárcel en la que los sentimientos son los barrotes y, lo
siento, pero estoy condenada a cadena perpetua.

Nadie lo entiende ni lo comprende, solo aciertan a decir un "¿Pero todavía...? ya va siendo hora de que lo superes,¿no?" En esas situaciones me doy cuenta de lo fácil que es hablar para los demás y de lo inútiles que pueden llegar a ser muchas de las charlas que les puedas dar, y mientras tanto sigo en esa interminable lucha por salir de ahí, pero es inútil. Él es mi adicción y no encuentro ninguna clínica donde desintoxicarme.

Y así camino a lo largo de los días en esa gran montaña rusa de emociones que es la vida: hoy triste, mañana feliz y después otra vez triste.Y las fuerzas se acaban y de nuevo las recupero en esa espiral que me absorbe, porque esto no es un cuento de hadas, sino esa historia que si saliera de mi puño y letra me encantaría leer, pero de la que definitivamente NO me gusta ser la protagonista, ¿o quizás sí y ese es el problema?